EL CURSO QUE TODOS DEBEMOS TOMAR Pasamos parte de nuestra vida estudiando, trabajando, preparándonos, esforzándonos por hacer mejor nuestro trabajo, adquiriendo conocimientos y capacitándonos en el área en la que nos desarrollamos. Sin embargo, no quedamos con un buen sabor de boca cuando queremos sacar provecho de todo lo que sabemos y sentimos. Vemos a nuestro alrededor y comprobamos que son aquellos que saben comunicarse y se relacionan mejor con los demás los que se salen con la suya. Desde niños hemos sentido la frustración de no habernos atrevido a alzar la mano cuando se preguntaba algo en clase, aún sabiendo la respuesta. En aquella junta alguien más se atrevió a proponer lo que nosotros teníamos en mente, pero no nos atrevimos a expresarlo. Esa presentación donde el cliente nos preguntó algo y no supimos responderle y cuando terminamos nos acordamos, ya muy tarde, que sí sabíamos la respuesta. Simplemente, en una reunión no nos integramos a la plática del grupo por temor a "regarla". Son incontables las ocasiones en las que saber hablar bien y comunicarse de forma efectiva y poderosa son determinantes para el éxito profesional y personal. A veces nos llenamos de clases y libros técnicos que nos proporcionan muchos conocimientos, pero no nos preocupamos de tomar el curso que nos permitirá transmitirlos. Hay que reflexionar que el contenido de un mensaje representa cuando mucho el 7% del impacto total que hacemos en nuestros receptores. La clave no está en el QUÉ, sino en el CÓMO lo digo. Alguien podría dar un mensaje importante o trascendental y dormirnos por utilizar una voz plana, muerta sin tonos y matices, hablar entre dientes, con infinidad de muletillas o a un volumen apenas audible, distraernos con movimientos robóticos y sin control. Peor aún, hablar sin pasión, de forma fría, impersonal y no trasmitir ninguna emoción. Además, cuantas personas no saben cómo estructurar un mensaje, adaptar las palabras al receptor o dar buenos ejemplos. Lo peor, no tener ingenio ni sentido del humor y hacer de cualquier mensaje algo agrio y ceremonioso. Sin importar a lo que nos dediquemos, todos tenemos la necesidad de relacionarnos, comunicarnos y transmitir nuestras ideas de forma clara y contundente. Siempre hablamos en público, una o mil personas es tu público. Sabemos que podemos mejorar y prepararnos en esta área, pero pensamos que los Cursos de Oratoria son aburridos, obsoletos y solo para personas que se paran atrás de un pódium y se dirigen a cientos de personas. Tenemos la impresión de que estos cursos nos van a enseñar a hablar de forma grandielocuente, falsa y hasta rígida, usar palabras domingueras y voz engolada. Esto es un error, ya que todos hablamos en público a diario tenemos que hacerlo de forma efectiva, natural, cálida, pero tratando de sacar provecho a cada mensaje y evitando los errores más comunes que no nos dan confianza y presencia al hablar. Decídete, ven a aprender, a divertirte y descubrir todo tu potencial. Disfruta y descubre esa sensación de satisfacción, poder y logro personal cuando hables y logres tus objetivos. Tómate un minuto y reflexiona. |
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